Rigoberta menchú

Rigoberta Menchú Tum nació en la tribu maya quiché de Chimel, pequeña aldea de las montañas del Quiché en Guatemala.

Desde la corta edad de diecinueve años inicia su actividad dentro del Comité de Unidad Campesina (CUC). El contexto que la rodea es de guerra y el ejército ponía en práctica la operación Tierra Arrasada, en la que se perseguía a la población sospechosa de pertenecer a la oposición armada.

Aún cuando muchos de sus testimonios han sido puestos en duda por estadounidenses especialmente, no se puede negar que ella sufrió en carne propia el horror de la guerra. Aparentemente, el ejército secuestró y asesinó a su hermano, a su padre lo quemaron vivo con otros veinte ocupantes de la Embajada de España, y al poco tiempo su madre fue torturada y asesinada.

Debido a esta terrible situación, la joven indígena huye de su país a los veintiún años y se refugia en México. en Chiapas, el obispo Samuel Ruíz García le brindo abrigo y hospitalidad. Al año decidió regresar a su tierra, sin embargo de nuevo tuvo que huir. Esta vez, buscó refugio en Nicaragua y pronto marchó de nuevo a México.

Es a partir de este momento que Rigoberta emprende una serie de viajes, especialmente a Ginebra, y participa en la división de la ONU dedicada a las naciones indígenas. Esto lo hace consciente de todas las dificultades que enfrentan estos pueblos, entre ellos los abusos y la discriminación.

En 1988 intenta regresar a Guatemala, pero es encarcelada instantáneamente. Después es exiliada. A pesar de esto Rigoberta continuó su lucha y tomó parte fundamental en los encuentros indígenas que precedieron a la conmemoración del quinto centenario de la conquista de América realizada por los españoles.

En 1992, Rigoberta Mechú se hizo merecedora del prestigioso Premio Nóbel de la Paz.
Esta férrea mujer está casada con Ángel y es la orgullosa madre de Mash. Hoy en día, continúa su incansable lucha a favor de los derechos humanos.

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